Ayer tuvimos una pequeña demostración de lo que pretende hacer Estados Unidos con sus socios y aliados. El miércoles por la noche Trump anunció que el día de ayer iba a hacer una anuncio sobre un acuerdo muy importante que se había alcanzado con un país muy importante. No dijo nada más y esto hizo que el mercado reaccionara con subidas, aunque moderadas. Finalmente, poco antes del comunicado oficial saltó la noticia de que dicho acuerdo era con Reino Unido y poco después se conocieron los detalles.
En primer lugar, Trump dijo que se trataba de un acuerdo completo e integral, dando a entender que era un acuerdo definitivo y que dejaba zanjado el tema arancelario con Reino Unido tras este. La realidad parece ser otra, pues se les preguntó a las personas encargadas de negociar y, tanto por parte del equipo de Estados Unidos del de Reino Unido dijeron que era un primer paso a futuras negociaciones más completas. Por tanto, ya tenemos la primera mentira de Trump nada más empezar a hablar.
Respecto los detalles del acuerdo, se puede resumir en lo siguiente: Reino Unido baja los aranceles a Estados Unidos a cambio de que Estados Unidos se los suba. Y es que parece ser que este va a ser el resultado neto ya que el arancel medio de Reino Unido a Estados Unidos va a pasar del 5,1% actual hasta el 1,8% tras el acuerdo, mientras que el de Estados Unidos a Reino Unido va a pasar del 3,4% actual hasta el 10% tras el acuerdo. Cuesta entender realmente qué gana Reino Unido con esto, pero lo que sí que está claro es que si Estados Unidos trata así a su principal socio, imaginemos qué no hará con el resto.
Pese a esto, lo cierto es que Reino Unido era de los socios más fáciles, ya que Estados Unidos tiene, de hecho, un superávit comercial con Reino Unido, es decir, le vende más que le compra. Por ello, aunque obviamente los exportadores de Reino Unido a Estados Unidos lo van a sufrir, lo cierto es que, en términos promedio el consumidor británico va a comprar más barato los productos americanos por esa bajada de aranceles.
La reacción del mercado ha sido realmente buena. Desde el anuncio, las bolsas americanas pegaron un acelerón y el dólar subió también con fuerza. Al fin y al cabo, es un acuerdo muy beneficioso para Estados Unidos, pues ahora sus productos son más atractivos en Reino Unido a la vez que podría recaudar más gracias a ese mayor arancel. Digo podría porque obviamente esto va a afectar al atractivo actual que puedan tener los productos británicos y podría caer el consumo de estos, por lo que, aunque el tipo impositivo sea mayor, la base imponible será menor.
Para ser justos, Trump ha cumplido con su promesa, realmente se ha tratado de un muy buen acuerdo con un país importante. Sin embargo, como decía, es su principal socio y con quien no tiene déficit, por lo que es un acuerdo relativamente fácil. Veremos a ver cómo lo hace con países como México, Alemania o China, con quien tiene déficits importantes y con quien no va a ser tan sencillo cerrar este tipo de acuerdos. Lo que parece quedar claro es que el arancel mínimo va a ser del 10% y esto claramente tiene sus implicaciones no solo sobre los precios, si no sobre el crecimiento global.
De cara a la sesión de hoy estaremos muy atentos a las declaraciones de los miembros de la Fed. Hablará Waller, quien dijo semanas atrás que confiaba en que los aranceles tuvieran un efecto de una sola vez sobre los precios, es decir, que no generara inflación persistente. Atención también a Barkin y a Williams, ambos miembros del FOMC, el comité encargado de decidir sobre los tipos de la Fed.
Por ahora las bolsas han amanecido con cierto optimismo. Las bolsas europeas suben un 0,30% y los futuros americanos cotizan con ligeras subidas.
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