Trump da un paso atrás y el mercado uno adelante. Durante las últimas horas de la sesión de ayer vivimos una de las subidas más espectaculares en un solo día en las últimas décadas. El S&P 500 cerró con una subida cercana al 10% mientras que el Nasdaq superó el 12%. El motivo fue la decisión de Trump de atrasar 90 días la aplicación de los aranceles para aquellos países que no hayan tomado represalias, es decir, para todos menos para China. Al parecer, lo que buscaría la administración del gobierno es tener tiempo para negociar dado el gran interés de los países a sentarse. Creo que ha quedado claro el valor de la palabra de este hombre, por lo que cuesta creer que esto sea así.
De hecho, ahora resulta que todo esto no fue más que una técnica de negociación para, al parecer, aislarse con China. Los más “trumpistas” afirman que estamos ante toda una obra de arte porque va a conseguir sentarse con China y el resto de países europeos y, a la vez, el martilleo constante de los últimos meses ha deteriorado la economía, dando pie a la Fed a que pueda bajar tipos. Un genio que está matando dos pájaros de un tiro.
Siendo serios, la realidad es muy distinta, al menos la realidad de mercado. Ayer no solo era el día en que se iban a aplicar estos aranceles a todo el mundo, también fue un día en que los tipos pusieron nerviosos a más de uno. La sesión comenzó con fuertes subidas de tipos en Estados Unidos que llegaron a rozar de nuevo el 4,50% en el caso del 10 años. El motivo de esta subida era el rumor de que China podría estar vendiendo bonos americanos como represalia a esta decisión arancelaria. Aunque no hay nada confirmado, lo cierto es que el mercado de bonos ayer sufrió y, en palabras de Trump, notó que había gente mareándose.
Creo que tiene más sentido pensar que sus asesores estaban bastante preocupados por todos los movimientos de mercado que se estaban observando y rogaron al presidente que diera un poco de tregua.
Sea como sea, la noticia de ayer es buena, muy buena, aunque nada nos asegura que este culebrón haya acabado. No es por ser aguafiestas, pero del mismo modo que hace una semana dijo una cosa y ayer dijo otra, puede que mañana diga otra nueva. La incertidumbre sigue estando ahí y, en cualquier caso, estos aranceles a China se siguen aplicando, por lo que el efecto negativo sobre la economía global sigue existiendo.
Independientemente de que sea una estrategia de negociación lo que quiere Trump no es bueno para la economía global. Recordemos que lo que quiere es reducir o eliminar completamente los déficits comerciales. Dejando a un lado las inversiones que serían necesarias para poder conseguir esto (hoy en día Estados Unidos no tiene la capacidad de hacer frente a ese aumento de demanda, y las empresas que tienen su producción en otros países tienen que amortizar todavía esas inversiones) el impacto sobre la productividad y la eficiencia de los recursos sería notable, afectando en el corto plazo a los precios y en el medio/largo plazo a la capacidad de crecimiento.
Por otro lado, tenemos que pensar también en las implicaciones que puede tener esto para China y en general los países emergentes. El primer afectado sería China, obviamente, quien podría responder devaluando su divisa para ser más competitivo. Esto llevaría al resto de países emergentes a tener que devaluar su divisa provocando una huida masiva de capitales de estos países y pudiendo generarse una crisis en estos países.
Así que si, lo de ayer es un paso, pero hay todavía problemas que afrontar y, a menos que Trump vuelva a cambiar de opinión, no tiene pinta de que tengan una solución tan sencilla como lo que los mercados parecen estar descontando.
Veremos cómo evolucionan los mercados hoy. Por ahora las bolsas europeas están subiendo todo lo que subieron las americanas mientras estas estaban cerradas. El oro, que ayer subió un 4% hoy sube otro 2% y los tipos parece que hoy si que están cayendo.
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