La jornada de ayer pudo ser mucho peor de lo que acabó siendo. Llegamos a ver caídas de nuevo de entorno el 2% en el Nasdaq y algo menos en el S&P 500. Sin embargo, las caídas pronto corrigieron y el rebote fue relevante. El S&P 500 llegó a cerrar con una subida del 0,55% y, aunque el Nasdaq no pudo evitar perder un 0,14% estamos hablando de una subida desde los mínimos de entorno el 2%. Esta subida, aunque no sirvió para que los inversores ganaran un 2% en el día, al menos no aquellos que ya estaban comprados antes de la apertura, supone una clara reacción. Esto, además, rompe con la malísima racha que veníamos observando la última semana en la que prácticamente se borraron las subidas de las últimas semanas.
Básicamente, podemos decir que, teniendo en cuenta cómo comenzó el día, la sesión de ayer fue buena y, además, lo fue en un momento clave. Clave porque, tal y como dijimos ayer, los mercados llevan esperando semanas el día de mañana y, aunque los precios ya deberían de tener descontada toda la información disponible, eso no quita que la volatilidad pueda seguir elevada.
A este respecto, es importante diferenciar entre volatilidad y miedo. Ambas pueden parecer similares, pero para mi la principal diferencia es que el miedo es cuando vemos volatilidad acompañado de una tendencia bajista. Por ahora, aunque nuestros indicadores nos apuntan a que deberíamos de seguir manteniendo cautela con nuestra exposición a la renta variable americana, lo cierto es que se debe principalmente a movimientos en datos de mercado, no tanto a una mala evolución de variables económicas.
Para realmente tener una visión completa de lo que está ocurriendo con la economía de un país nosotros miramos los indicadores de The Conference Board. Concretamente, observamos el indicador adelantado y el coincidente. En principio el adelantado ofrece una visión de aquellas partes de la economía más sensibles al ciclo económico. Estas partes de la economía suelen ser minoritarias, es decir, no suelen generar una recesión, pero un deterioro sostenido de estos puede indicar un cambio de ciclo que, con el tiempo, se debería de empezar a ver en el resto de la economía. Y ahí es donde miramos también al coincidente, en busca de signos de debilidad.
Durante 2022 y 2023, a pesar de un claro y pronunciado deterioro del indicador adelantado el indicador coincidente ni se ha inmutado, como si se tratara de indicadores de países diferentes. Esto no ha cambiado en estos meses, a pesar incluso de que el indicador adelantado sigue empeorando mes a mes.
Sin embargo, hay algo que sí que ha cambiado y que no se puede ver reflejado en el indicador coincidente por los componentes que sigue: la incertidumbre generada por Trump. No saber realmente lo que pretende el presidente de Estados Unidos y lo errático de sus actos hace imposible no solo la toma de decisiones por parte de inversores, si no la simple planificación de los empresarios. No saben si cambiar sus planes de importación, si mantener sus planes de inversión, si reducirlos. Todo esto se está viendo reflejado en las expectativas de empleo también, lo cual implica también menores expectativas de consumo.
Si se ha puesto en marcha esta bola de nieve supone un riesgo que explica este aumento en la volatilidad. Ahora, creo que todavía no estamos en esa fase de miedo y eso implica que, igual que vemos caídas de un 2, 3% en un día, no es raro ver la misma agresividad en subidas. No nos dejemos engañar por el comportamiento de las bolsas en los últimos años. No todo es o tendencia alcista o tendencia bajista, hay correcciones que se pueden convertir en oportunidades. Lo malo es que son oportunidades tanto de ganar como de perder dinero para aquel que no tenga la mente fría y tome decisiones precipitadas.
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