Seguimos en un mercado completamente bipolar donde, por un lado, los mercados de renta variable parecen eufóricos ante el actual estado de la economía, mientras que otros activos como el oro parecen dar ciertas señales de alerta. A pesar de que los datos económicos no están mejorando, si no más bien lo contrario, que la Fed ha confirmado que hay una debilidad en el mercado laboral suficiente como para provocar que los tipos bajen de nuevo y que la inflación todavía sigue sin estar controlada en niveles por debajo del 2%, a pesar de todo esto el MSCI World está en máximos históricos.
Obviamente este índice tiene ciertos problemas de concentración ya que, debido a su forma de ponderar las empresas basado en la capitalización de mercado, tiene un claro sesgo hacia empresas tecnológicas estadounidenses. Esto es importante porque el mercado europeo, por ejemplo, no parece estar tan convencido de que las cosas estén yendo bien.
A diferencia de cómo empezamos el año, ahora las bolsas europeas están atascadas mientras que las americanas marcan máximos históricos semana tras semana. Al menos, eso es lo que parece mostrar el Eurostoxx 50. Sin embargo, del mismo modo que en el mercado estadounidense observamos no solo el comportamiento de los índices de las grandes empresas, si no también el de las pequeñas empresas para determinar la confianza de los inversores en la economía, en el mercado europeo también debemos de hacerlo.
La realidad es muy diferente si comparamos ambos índices. Aunque todavía no se ha recuperado desde la caída en agosto, el MSCI Europe Small Cap tiene una tendencia mucho más sana que la del Eurostoxx 50 lo cual indica que tal vez no haya tanto un problema de confianza en la economía europea, si no más bien un problema en las grandes empresas europeas.
Por otro lado, como decía, hay otro grupo de inversores que está apostando por una realidad muy diferente o, al menos, una realidad que de confirmarse pondría en claro peligro estas tendencias alcistas en la renta variable. Y es que hoy volvemos a ver subidas superiores al 1% en el oro y parece que a lo largo de esta semana podría romper el límite de los 3.800 dólares por onza, lo cual supondría un nuevo hito en el precio del oro.
La señal que esto está mandando es una señal clara de advertencia contra el sistema monetario actual, es decir, contra la forma en la que concebimos el dinero. El último tirón parece coincidir con la noticia que confirma una nueva ley que Estados Unidos ha aprobado para regular las stable coins. Las stable coins son criptomonedas que pretenden estar ligadas al valor de otras monedas fiat como el dólar o el euro. En esta ley, se obliga a las empresas emisoras de stable coins ligadas al dólar a ofrecer un respaldo con diferentes activos basados en dólares como los propios dólares o letras del tesoro estadounidense, depósitos, repos, etc.
Básicamente, está ampliando el abanico de activos que las empresas de stable coins pueden usar para emitir estas criptomonedas e, indirectamente, está llevando mucha liquidez hacia activos como las letras del tesoro, lo cual hace que esa mayor demanda pueda solucionar los problemas de exceso de oferta de deuda que actualmente sufre Estados Unidos.
Para muchos, esta es una nueva forma de expansión monetaria encubierta que, como cualquier aumento en la oferta monetaria, afecta al valor del dólar. De ahí que el oro pueda estar subiendo las últimas semanas con tanta fuerza.
Como vemos, dos realidades diferentes a la vez que incompatibles. Tendremos que esperar para ver quien se lleva el gato al agua. De momento, hoy tenemos a los mercados europeos y a los futuros americanos cotizando con ligeras caídas.
Síguenos en X para estar al día de toda la información.
Puedes revisar todos los diarios aquí.
